Fidel Castro, otro seguidor del socialismo marxista. Parecen diferentes, Lenin, Stalin, Mao, Kim il Sung, Ho Chi Ming, pero todos han terminado en llevar a sus pueblos a hambrunas, continua escasez.
Las tiranías que han sobrevivido últimamente se han acomodado con el imperialismo del cual pretenden diferenciarse, lo único que les queda de su crítica a lo que ellos llaman capitalismo es su negativa a los empresarios locales, la persecución a los que llaman «cuentapropistas».
En Esta nueva etapa, el capitalismo que hasta los años 1970 había llegado a un cierto estancamiento,. encontró en los regímenes comunistas sin empresarios y sin ningún tipo de oposición, logra el «imperialismo», esa inexacta definición del capitalismo, masas laborales compuestas por niños, adolescente y mujeres que expanden la producción hasta cantidades inimaginadas. China tiene ya largos 40 años con crecimiento interanual de hasta 2 dígitos y cuando llega al 8% causa alarma. No hay preocupación por salud laboral con tasas secretas de enfermedades laborales en aumento y en cuanto al ambiente, cero preocupación, procesos de bajo costo y mucha contaminación. Las grandes empresas norteamericanas se ven obligadas a producir en China bajo pena de quedarse pequeñas y limitadas frente a las que están establecidas y creciendo desmesuradamente en China. Las empresas mayores de Forbes todas tienen su mayores activos en China.
Entretanto en latinoamérica se producen las materias primas para alimentan a este gigante, que de paso les produce muy altas ganancias a las petroleras y mineras que también se asocian a este festín de explotación del ser humano.
Fidel Castro es el decano de esta desadaptada religión que condena los pueblos al hambre y los prepara para ser utilizados por los eficientes y prácticos capitalistas que saben aprovechar las oportunidades.
Fidel Castro como aportador de legitimidad revolucionaria a nuevos aspirantes a testaferros del capitalismo occidental tendría mucho futuro sino fuera por que la naturaleza le acorta su tiempo.
Cualquier mejora de la situación cubana pasa por el respeto a la propiedad privada, y una estructura de impuestos que favorezca la producción nacional y asociarse con las fuerzas progresistas de Estados Unidos que son las que le han permitido a Hispanoamérica tener algún respiro, como fue el caso de Carter cuando devolvió el canal de Panamá.Esta nota se colocó en artículo de Yoani Sanchez en el link anterior