Sobre el tratado de libre comercio entre Inglaterra y Francia 1786 (TLC)– V 3

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Resumen

El 29 de septiembre de 1786 se firmó el dicho tratado, que estableció las condiciones del comercio entre esas naciones. Este es un tratado de una modernidad sorprendente. Mientras la atmósfera estaba envuelta en los beneficios del Free Trade (libre comercio), los negociadores ingleses calcularon detalladamente las ventajas que le podía traer cada ramo de producción y los impuestos que podría soportar. Del lado Francés no hubo el mismo cuidado. El resultado es que se produjo una invasión de mercaderías inglesas en Francia que trajo sublevaciones debidas a los artesanos que se quedaron sin oficio. La mayor de ellas ocurrió en febrero del año 1789, semanas antes de la toma de la Bastilla. Nosotros los latinoamericanos, debemos visualizar a Inglaterra con sus desarrollados intereses comerciales, en el juego del libre comercio logra abatir a los artesanos e industriales franceses, y todo ocurrió en un tiempo tan remoto para nosotros, cuando Simón Bolívar tenía apenas 3 años de edad. Esto nos revela la indigencia de nuestros artesanos incipientes frente a los tratados de libre comercio con Inglaterra firmados por casi todas las repúblicas iberoamericanas. Esta podría ser una de las explicaciones del infradesarrollo latinoamericano comparado con los países de Europa y los Estados Unidos. Latinoamérica perdió el siglo XIX con Inglaterra. Del siglo XX, se encargó los Estados Unidos.

Antecedentes del tratado.

Adam Smith, en 1776 publica “La Riqueza de las Naciones”, esta obra fue traducida al idioma francés y para la fecha del tratado de libre comercio, ya había sido publicada una versión en francés de dicha obra, en 1781. Una de las características de dicha obra es el elogio del libre comercio y la crítica a las limitaciones al mismo existentes tanto dentro de los países como en las fronteras entre países. Smith la única consecuencia que ve en un tratado de comercio entre dos países excluyendo a otros es que se crea un cierto monopolio de los artículos producidos en cada país excluyendo las mercancías semejantes de otros países.

“Como que las mercaderías permutadas se suponen de igual valor, los dos capitales empleados en aquel comercio serán también, en las mas, ocasiones iguales o muy aproximadamente los mismos y destinados ambos a las producción y preparación de unas mercaderías nacionales o propias de ambos países respectivamente, las rentas, utilidades y mantenimiento que la distribución de ellas habría de facilitar a los habitantes de cada uno, también habrán de ser o iguales, o casi iguales. En cuya suposición estas rentas y estos emolumentos que se dan recíprocamente estos países serán más o menos en proporción a la extensión de sus negociaciones y tráficos. Si estos, por ejemplo, ascendiesen anualmente al valor de cien mil pesos, o a un millón de cada parte cada uno de ellos produciría una renta anual en el un caso de cien mil, en el otro de un millón de pesos a los habitantes del otro”[1]

Según Adam Smith lo que hay es un intercambio de equivalentes, por lo que el aumento del comercio entre dos naciones produce un aumento del movimiento comercial en cada uno de los países sin otras consecuencias.

Adam Smith no toma en cuenta la historia de cómo se formó la industria textil británica que para la época era la más importante. Por ejemplo en 1390, se establecen las “Employment act” que obligaban a los comerciantes extranjeros a usar el dinero de sus ventas en comprar productos británicos. También se produce la primera acta de navegación que obliga a que las mercancías importadas fueran trasladadas en barcos ingleses[2]. En 1721 Inglaterra impuso condiciones al comercio aumentando los aranceles de las importaciones manufacturadas y facilitando las exportaciones[3] . Ya en 1331 Inglaterra unos instalaron unos tejedores venidos de Flandes a fin de iniciar la manufactura de ese tipo de telas[4].

Otro hecho que refleja la importancia dada al desarrollo de la industria propia, esta mostrado cuando en la India, los soldados británicos cortaron el dedo pulgar a las tejedoras hindúes de manera de eliminar la competencia a las mercaderías inglesas. Referencias aqui[5], aqui[6] y aqui[7]

Esto revela el celo de los británicos para proteger su industria. Paralelamente Francia y los demás países tomaron medidas semejantes para promover las suyas. Sin embargo después de la pintura en colores rosados del comercio descrita magistralmente por Adam Smith, se rebajaron en Francia las prevenciones con respecto al comercio internacional.

Smith atribuye las causas de las restricciones al comercio a la envidia y los “celos mercantiles”.

“Como naciones vecinas no pudieron menos de mirarse como enemigas y por tanto la riqueza y el poder de una habían de parecer formidables a la otra y de este modo aquello que había de estrechar la amistad solo ha servido para inflamar la envidia y el odio nacional.

Ambas son naciones ricas e industriosas; y los mercaderes y fabricantes de cada una temen la competencia de la pericia y actividad de la otra. Se ejercitan cada día y se inflaman la envidia y los celos mercantiles, y por lo mismo se ha de aumentar también la animosidad nacional.”[8]

Curiosamente, el traductor de la obra de Smith al español, terminada en 1794, el lic. Josef Alonso Ortiz, incluye una nota al pie de este discurso especificando una crítica que es desde lejos mas profunda que los razonamientos alegres de Smith. A continuación la nota:

“Debe tenerse presente que toda esta libertad de comercio es ventajosa cuando no sirve de un obstáculo positivo a los progresos de la industria propia en una nación atrasada, porque en este caso serán indispensables las restricciones en el comercio de las manufacturas extranjeras hasta ciertos términos y plazos: por que la industria manufacturante es un objeto al que se debe atender primero que a la mercantil, que solo tiene respecto a aquella un influjo secundario en la riqueza de una nación”[9]

La mayoría de los historiadores de la Revolución Francesa narran los hechos de la compra de unos diamantes por la Reina y otros escándalos financieros que fueron atribuidos a los reyes como causa de la Revolución. Una cosa que esto revela es que los más altos niveles de la política francesa estaban en esos tiempos asediados por elementos de dudosa reputación para la venta de objetos de lujo. Si tenían acceso, al Rey, y sobornar a sus empleados y amigos, no es difícil que también la diplomacia británica estuviera influyendo para que se diera la firma del tratado de libre comercio.

Negociación del tratado

Dice la investigación inglesa que Eden[10], cuando recibe el encargo de negociar por Inglaterra el tratado, se dedica a entrevistar a cada uno de los sectores industriales y a formar un registro de cada comercio importante, si la reciprocidad con Francia era deseada; que niveles de impuestos eran los mas adecuados; cual era el mayor nivel que el comercio podía manejar para exportar a Francia; si podían soportar la competencia francesa y otras consideraciones.

Los investigadores ingleses dan como explicación a que Francia firmara un tratado tan desventajoso para ella, dos motivos; 1ero el que nombraran a un funcionario, el cual no investigo detalladamente los requerimientos de los industriales franceses, 2do La influencia de los fisiócratas, los cuales únicamente le reconocen valor a la agricultura, y pudieron influir en el Rey y en su ministro de relaciones exteriores Vergennes.

Para el gobierno de Francia parece que lo que mas le importaba eran las exportaciones de vino y de productos relacionados, para competir con Portugal que tenia un trato preferencial en Inglaterra para la fecha. Luego acuerdan firmar el tratado con las siguientes características: Se prohíbe el comercio de artículos de seda, este es el único ramo en que Francia sobrepasaba a la industria inglesa. El único beneficio que obtenía Francia era una rebaja en los aranceles para la exportación de vinos, estos aranceles se ponían a la par que para los vinos de Portugal, por lo que para los ingleses no había alteración en su balanza. Por último se puso un arancel general del 10 o 15 % sobre los demás productos, esto le dio la gran ventaja a la industria inglesa que producía mejor calidad y mejores precios que los productores franceses.

Cuando ya estaba arreglado el acuerdo, unos industriales franceses enviaron una carta al negociador francés protestando por el acuerdo, el negociador ingles temía que la asociación de industriales ingleses dieran muestras de júbilo y les envió una carta pidiéndoles que no expresaran su alegría por el acuerdo a fin de no darle razones a los que protestaban en Francia.

Así se firmo el tratado el 27 de Septiembre de 1786 y entró en vigor el 10 de marzo 1787.

Una cuestión que resulta extraña es el hecho de que Francia se plegó a las exigencias inglesas en el tratado. Siendo un país con tradición diplomática resulta de interés entender como acepta poner los intereses ingleses por encima de los suyos. Esto queda para algún investigador que tenga al alcance otros materiales que no podemos conocer por el momento.

 Resultados del tratado

La opinión pública fue unánime, en atribuir la severa crisis industrial de 1788 al tratado de Eden el cual fue llamado sentencia de muerte de la industria francesa[11]

Este es el criterio de un analista inglés que escribe en 1922, también otros reportes nos hablan de disturbios en varias ciudades de Francia, motivados al cierre de empresas y a las protestas de artesanos que quedaron sin oficio. Asimismo reporta que en las actas previas a los estados generales de la sección de Paris se recomendaba pronunciarse sobre el tratado de comercio.

“El percal (calicó) francés, lana, cerámica, acero, e industria del cuero se quejaron amargamente de la competencia británica y de la tasa de desempleo general de la cual fue considerada responsable. Incluso la industria de la seda de Lyon trabajó con grandes dificultades, que no podían ser atribuidas a la competencia británica, sin duda, pero que en todo caso, no estaban en forma disminuida por el tratado con la retención de las prohibiciones británico. Más amargo de todo eran las quejas que emanaban de las ciudades textiles en el norte de Francia, Amiens, Abbeville, Sedan, Rouen, Reims, Châlons-sur-Marne. Sus protestas fueron incorporados también en los cuadernos que escribió cada ciudad y región como parte de su peticiones a los Estados Generales, en la que el pueblo francés en 1789 dio expresión a sus sentimientos en todas las ramas de actividad.”[12]

El viajero inglés Arthur Young, reportó un viaje justo en los años que sucedieron al tratado de libre comercio y realizó su propia encuesta entre las diversas regiones de Francia que iba visitando. En Abbeville “En conversación con los manufactureros, encuentro en ellos grandes politicos que condenan con violencia el nuevo tratado comercial con Inglaterra”. Pag 8

“La ciudad de Amiens abunda en manufactureros de lana, converse con varios empresarios quienes se unieron enteramente con los de Abbeville condenando el tratado de comercio” pag 9 [18]
En Wikipedia se trata el tema también

“Este tratamiento es muy favorable a Inglaterra que se benefician rápidamente de la reducción de la protección de ciertas industrias francesas. Se altera el delicado equilibrio económico en Francia. Que lleva rápidamente a la invasión del mercado francés de productos británicos más baratos y de mejor calidad a menudo, un precio en general más bajo. En el año 1787, y más en 1788 y 1789, la invasión dispara el desempleo de miles de trabajadores, el empobrecimiento y la quiebra de miles de artesanos que fueron a dar en el estado del proletariado.” “Así, el tratado es parte de las quejas se mencionan al inicio de la Revolución Francesa. Que provoca, a finales de 1788, una ola francesa de destrucción de maquinaria textil que se produce simultáneamente con el estallido de la Revolución, y acompaña a los trastornos de la producción de trigo, la violencia contra las máquinas que ayuda y apoya el fermento revolucionario, El sitio más destacado en St Etienne, Rouen, Troyes, en París durante los disturbios en la víspera de la fábrica de papel pintado Reveillon, en el barrio Saint-Antoine, el 27 y 28 de abril 1789” (tomado de Wikipedia)

Un investigador inglés reporta que el comercio francés no se recuperó ni aún en el período del Directorio;

“En cuanto a la industria se refiere, es un hecho que ni siquiera el período floreciente del Consulado (1799-1804) se eleva a algo parecido a la altura que había alcanzado bajo el antiguo régimen.”[13]

Sin embargo historiadores franceses muy reconocidos y participantes de la política de Francia como Guizot no estaban y mucho tiempo después no estuvieron al tanto de los daños que le causó ese tratado a ese país[14]. En su Historia de Francia, nos habla del fin de la enemistad entre Francia e Inglaterra y de los buenos oficios del primer ministro para la época Mr Pitt. El historiador nos plantea un problema de “pasiones” y de la forma que fue manejada públicamente por la diplomacia inglesa: mostrar el tratado como el inicio de una relación amistosa y el final de las guerras, tal como fue planteado por Adam Smith. Por supuesto se da cuenta de que después del tratado resurgieron con mas fuerza las luchas entre esos dos países, pero el no hace la conexión entre el tratado y la guerra que comenzó.

Significación del tratado de libre comercio entre Francia e Inglaterra de 1786 para Venezuela y Latinoamérica

Este tratado nos demuestra que dos naciones en un comercio libre, con la característica de tener diferentes niveles de desarrollo, la nación de más bajo nivel de desarrollo se arruina. Esto aún considerando a Francia que tenía una trayectoria productiva de más de dos centenares de años. Un punto adicional a esto es la irrupción de tumultos debidos a las carencias provocadas sobre las zonas más depauperadas. Y como colofón la más profunda revolución que se conoce en la historia: la Revolución Francesa.

Latinoamérica durante la colonia española tenía un régimen de exclusión de las importaciones del resto del mundo, excepto las que eran llevadas desde la península. Las mercancías inglesas llegaban como contrabando. Sin embargo en general había una prohibición explicita del ejercicio de muchos oficios. En Perú, se fundó una instalación textil que fue prohibida desde España y en varias oportunidades se volvió a instalar estableciéndose una lucha alrededor de esta industria.

En Venezuela, en el período colonial, desde el punto de vista del comercio exterior influye su ubicación en el mar caribe, con islas pertenecientes a Holanda, a Francia e Inglaterra, desde donde fluye el contrabando, sin embargo no es igual el contrabando por muy grande que sea a un comercio libre y directo.

A raíz del final de la guerra de independencia, como era de esperar, la Gran Colombia firma un tratado de comercio con Inglaterra. Esta había sido el aliado en la lucha libertaria.

La situación difícil que vivió Venezuela a partir de la independencia la proclama y señala sus causas el antiguo secretario del Libertador Simón Bolívar, Sr. Don Antonio Leocadio Guzmán. En su análisis, observa Guzmán, el cártel que formaban los comerciantes importadores que monopolizaban el comercio exterior venezolano. Decía Guzmán:

“Sean las causas cuales fueran, es el hecho que de cien comerciantes extranjeros queda uno en el país y 99 se transportan con la acumulación que hicieron. Asombraría ver en un cuadro la suma de capitales formados en nuestros puertos por la importación y exportación y que se han transplantado para afincarse y no volver más.”

También critica a los defensores del libre comercio:

“Pero volvamos al tema de este argumento (el libre comercio). Resuelto que venga del exterior todo lo que no podamos producir más barato, y no pudiendo producir casi nada más barato que todo el mundo, resulta que desde el encaje y el topacio, hasta el jabón y la escoba, lo compramos al extranjero. . . Sí; la escoba para barrer los suelos de esta zona tórrida madre de la vegetación, esa escoba se trae de aquellas tierras que cubren los hielos durante la tercera parte y aun la mitad del año. Ni estiman en nada estos economistas la ocupación de las mujeres, débil mitad de la población, y viene la ropa hecha, y el calzado, y todos los bordados y labores, con prescindimiento absoluto de la suerte que corran las pobres del país. Ni las velas, ni el jabón ni los sombreros de paja, ni los lienzos ordinarios ni las calcetas, ni las gorras, ni las flores artificiales, nada, nada pueden hacer, que no sea mendigar o vivir de los hombres. Según estos economistas, deberán las mujeres ganar el pan y el vestido amansando toros en los llanos o fundando café y cacao en las costas”.[15]

Aquí vemos como lo que causó tumultos en Francia y desencadenó la revolución, que fue lo que no provocó en Venezuela. El siglo XIX en Venezuela es un siglo de guerras y revoluciones, muchas veces sin motivo aparente, se culpa a la ambición de poder y quizás como hacía Adam Smith que culpaba a la envidia y a cuestiones de comportamiento por hechos socioeconómicos con clara raíz económico-política.

Algunas cuestiones teóricas económicas

Adam Smith dice que ya que se intercambian equivalentes en valor, no debe ocurrir nada extraño en el comercio libre entre Francia e Inglaterra. Sin profundizar, vemos que los productos británicos se vendieron y desplazaron a lo productos franceses en Francia, eran de mas calidad y de menor precio. Esto en primer término produjo la baja de las ventas y el desempleo de las industrias que no pudieron vender.

Con el aumento de las ventas británicas se produce una segunda consecuencia: el circulante sale del circuito francés y hay una disminución en las ventas de todos los demás productos que de alguna manera se habían producido en vista de un nivel de general de comercio. Esto expande la crisis hacia todos los sectores de la sociedad.

La supuesta neutralidad del comercio exterior es señalada por varios autores, uno de ellos dice:

“En contraste con todo lo expresado, llama poderosamente la atención el modo tan “neutral” o apolítico con el que la teoría económica ortodoxa pretende presentar el comercio internacional. Desde los primeros modelos diseñados por A. Smith y D. Ricardo, con sus esquemas basados en las ventajas absoluta y relativa, respectivamente, hasta los modelos más recientes y sofisticados, como el de Heckscher, Ohlin y Samuelson, o el de Linder[16], que simplemente apuntaremos a continuación, el fenómeno del comercio internacional se presenta con una asepsia y neutralidad política, que mucho más tienen que ver con la meteorología física o la dinámica de los sistemas acuáticos que con el comportamiento profesional de agentes humanos de carne y hueso.”[17]

El sistema científico de los siglos 18 y 19 nos habla de la objetividad de los parámetros de la física: un objeto material tiene una masa, esta ubicado en un lugar del espacio y esto en un cierto momento. Las tres medidas de masa, espacio y tiempo.

La ciencia del siglo 20 hace depender esos parámetros de la situación del observador con respecto al objeto observado. Si usted se desplaza a una cierta velocidad constante, estos parámetros van a ser diferentes que para un observador en reposo. La masa va a ser mayor, el objeto lo verá con otras dimensiones y los lapsos no serán los mismos con respecto al observador que está en reposo.

La economía clásica define el valor en relación a la cantidad de trabajo que tiene incorporado un objeto. En dos regiones diferentes por motivos climáticos o culturales, la duración de la jornada no es la misma, la intensidad con que se trabaja no es la misma y se dispone de materiales diferentes.

En este sentido, es completamente correcto decir que la misma mercancía tiene 2 valores distintos si son producidas en dos regiones o culturas distintas.

De esta manera se puede entender desde un punto de vista teórico las diferencias en el valor de una misma mercancía en dos lugares o países diferentes crea un diferencial para el comerciante, que lo atrae para obtener ese beneficio adicional que es adicional a la ganancia presionada por la competencia comercial. Hay una plusvalía transnacional que es buscada en estos tratados de libre comercio.

El resultado produce una consecuencia muy importante: Este valor que se puede obtener gratuitamente crea el fenómeno de la búsqueda de carroña o de la ganancia que se obtiene fácilmente. De aquí se podrían deducir actitudes depredativas para obtener esa ganancias.

Este concepto merece una elaboración, por lo que aquí solo vamos a observar que esta plusvalía internacional es el motivo del desvelo de los estados, los comerciantes y los industriales asociados o que requieren del apoyo del estado para este tipo de negociaciones.

 

 

[1] Adam Smith, La Riqueza de las Naciones, Libro IV capitulo IV, Pág. 3, Ed Santander, Valladolid, 1794

[2] http://www.worldportsource.com/ports/GBR_Port_of_London_243.php

[3] http://www.revistas.unal.edu.co/index.php/ede/article/download/41244/42806

[4] http://www.sheepcentre.co.uk/wool.htm

[5] http://lewebpedagogique.com/valeriemorisson/tudor-england/the-east-india-company/

[6] https://en.wikipedia.org/wiki/Muslin

[7] http://www.opendemocracy.net/theme_7-corporations/article_904.jsp

[8] Adam Smith, Ob citada., Pág. 17

[9] Ob. Citada, Pág. 17

[10] Ward, A. W., Gooch M. A.,The Cambridge History of British Foreign Policy

[11] Eli F. Heckscher, The Continental System: An Economic Interpretation, Oxford: Clarendon Press, 1922

“Public opinion, indeed, was unanimous in attributing the severe industrial crisis of 1788 to the Eden Treaty, which was called the death-warrant of French industry.”

[12] Obra citada , Pág. 10

[13] Obra citada

“Severe as was the crisis to which it gave rise, there can be little doubt that precisely the last years of the ancien régime were characterized by exceptional prosperity especially, but by no means exclusively, for French trade, and that during the following ten or fifteen years Frenchmen looked back to this period as the zenith of their country’s economic development. Even as regards industry, it is a fact that not even the flourishing period of the Consulate (1799-1804) elevated it to anything like the same height that it had attained under the ancien régime.”

[14]Guizot, History of France, p394

“There was a lively debate upon it in the English Parliament Mr, Fox, then in opposition, violently attacked the provisions of the treaty ; Mr. Pitt, quite young as yet, but already established in that foremost rank amongst orators and statesmen which he was to occupy to his last hour, maintained the great principles of European pohcy. «It is a very false maxim, “said he, «to assert that France and England are not to cease to be hostile because they have been so heretofore. My mind revolts at so monstrous a principle, which is an outrage upon the constitution of societies as well as upon the two nations. Situated as we are in respect of France, it is expedient, it is a matter of urgency for the welfare of the two countries, to terminate this constant enmity which has been falsely said to be the basis of the true sentiments felt by the two nations towards each other. This treaty tends to augment the means of making war and to retard its coming, «Generous and sound maxims, only too often destined to be strikingly belied by human passions!”

[15] El Venezolano, no.374, 29 de marzo de 1845

[16] Vide S. B. LINDER, An Essay on Trade and Transformation, 1961.

[17] Franquet Bernis, José María “El origen político del comercio internacional” http://www.eumed.net/libros/2005/jmfb/2a.htm#_ftnref3

[18] Young,Arthur, Travels in France during the years 1787, 1788, 1789, London, George Bell & Sons 1789

4 comentarios en “Sobre el tratado de libre comercio entre Inglaterra y Francia 1786 (TLC)– V 3

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